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martes, 17 de mayo de 2022

Historias desde el dolor - David

Cuatro fotografías. Esquina superior izquierda, una pizarra blanca en la que aparece NO BULLY ZONE escrito con rotulador. En una esquina pone latapadelbaul.es Esquina superior derecha, una pizarra blanca en la que pone BULLIES ARE NOT WELCOME HERE escrito con rotulador. Esquina inferior izquierda, un niño en una esquina llorando, junto a un montón de libros, al que se le acerca otro niño para ver lo que le pasa. Esquina inferior derecha, una niña en un pupitre echada encima de sus libros, llorando, rodeada de un montón de niños y niñas que parecen estar gritándole cosas negativas.

 

Buenas, me llamo David. Tengo actualmente 29 años. Dejé la eso a los 15 debido en gran parte al bullying, que llevaba sufriendo desde los 6-7 años. No hubo nunca motivos en concreto, podía ser por el físico, podía ser por mi apellido, o podía ser por ser pobre, o «friki». 

    Fue muy variado, desde simples insultos, risas por la espalda, robarme cosas, romperlas, pegarme, perseguirme por el centro o incluso por el pueblo, insultar a familiares, y mucho acoso hacia mi físico, dejándome secuelas con mi autoestima hasta día de hoy.

    La peor vez fue cuando, en tercero de la eso, entre 2 clases me acorralaron en una esquina, con una mesa como «prisión» y me insultaban, escupían y pegaban bofetones. En ese momento creo que empecé a desarrollar mi TEI, así que en un ataque de rabia agarré la mesa, la aparté hacia ellos, la levanté y la tiré por los aires unos 2 o 3 metros. Casi le cae encima a una compañera que no hizo nada contra mi, aunque tampoco nada a favor mío. Me fui corriendo, hasta una maquina expendedora y me escondí en un lado, pero nadie me persiguió. Conté hasta 500 porqué una profesora me dijo que lo mejor que podía hacer era ignorarles y contar hasta 10, llegué a 500. Mi ira no bajaba, mi ansiedad tampoco. Así que empecé a pegarle puñetazos a la máquina expendedora hasta que rompí el teclado para pedir las bebidas. Me expulsaron a mí 3 días, a ellos no les pasó nada. 

    Mi padre les metió tal bronca que, obviamente, no me hicieron pagar la máquina expendedora.

    Después de ese episodio me volví muy inestable y violento, pero seguía teniendo miedo a ir a clase.

    No hay mucho más que contar, esto duró hasta que me fui del instituto. Los profesores no hicieron nada. Me culparon a mi por ser diferente. Y dijeron que mi temperamento era errático y eso les provocaba más. Normal llevaba 9 años de bullying constante.

    Cuando volví a estudiar en otro centro, un compañero intentó meterse conmigo, así que le puse la cabeza contra la mesa y le dije que si me molestaba le partía el brazo. Al patio me vino a buscar y me explicó que a él le habían hecho mucho bullying y que quería mandar un mensaje a la clase, para que no le vacilasen. Nos hicimos muy buenos amigos y a día de hoy seguimos siendo amigos. Jugamos juntos a Rol a veces.


Fdo: David





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